Sin ganas de hacer nada
- Por Hilda Pupo Salazar
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Hay quienes están cansados, sin ganas de hacer nada, tal vez por no saber gestionar la carga cotidiana, miedo al fracaso, desmotivación, sensación de desamparo asimilada que te impide reaccionar, así como creciente pesimismo ante determinadas situaciones, pueden estar entre las diferentes razones.
Ya algunos(as) fieles seguidores de esta columna, con mucha amabilidad, como siempre, mencionaron el tema con la intención de desarrollarlo aquí.
Unos dicen que a veces no es solo hoy, también ayer, durante la semana, sin entusiasmo para nada con una sensación de desconsuelo y agotamiento.
Aunque la depresión y otros problemas de salud mental pueden estar entre las posibles causas, también se pueden dar por otras razones que impulsen a la persona a cultivar la sensación de: “no quiero hacer nada”.
El estrés, miedo al fracaso, desmotivación, negatividad, aprensión a determinada situación o sobre el rumbo de la vida, así como tener seguridad si hacen lo que realmente prefieres o es por interés de la familia o grupos de amigos.
Quizá tienes una pretensión, pero no te permite hacerlo porque la desconfianza de no conseguirlo te paraliza, tal vez por una sensación de desamparo que te acompaña e impide estimularte para asumir el riesgo de actuar y hace que te obnubile en pesimismo.
Hay que tener la confianza, desde la mentalidad y emociones positivas, para asumir el riesgo de actuar y poner a prueba tus expectativas.
Si los deseos de no hacer nada son insistentes y en diversos escenarios -casa, trabajo, otras actividades, con determinados pensamientos o emociones requieres de atención profesional.
Algunos estudiosos aconsejan admitir la realidad “no quiero hacer nada”, puede ser una insinuación para descansar determinado periodo, recapacitar sobre tus intereses, deseos y hasta cuestionarte si vas en el camino correcto.
Tal vez requieras observar si tienes claros tus objetivos, compromisos y descubrir lo que te eleva el estrés.
Debes establecer un sistema de actuar poco a poco, con mucho cuidado, intentar conocer nuevos horizontes estimulantes, con determinados grupos de personas que te ayuden y separarte de todos los eventos nocivos, sin temerle a los errores y saber a quienes pedirles orientaciones, con consejos objetivos, alcanzables para ti que eleven tu autoestima y confianza en el triunfo.
Este es el consejo de Haruki Murakami, escritor japonés: “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional.” Este proverbio africano plantea: “La tristeza es como un tesoro precioso, mostrado solo a los amigos.” H. Jackson Brown, escritor estadounidense: “A veces, el corazón ve lo que es invisible para el ojo.” Y este de autor desconocido: “El dolor es temporal, pero el recuerdo es para siempre.”