El Presidente recorre el país
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Tanto en el estilo de liderazgo de Fidel, como de Raúl sobresale el constante dialogo con las masas, como génesis de la riqueza de un modelo participativo, con prioridad en las opiniones del pueblo y el oído muy pegado al convivir cotidiano como forma de gobernar colegiadamente.
Eso ocurre desde el mismo inicio. Durante la Caravana de la Libertad que recorre Cuba en enero de 1959, en cada lugar, Fidel detenía la marcha para explicarle al pueblo los cambios que sobrevendrían. Con su ejemplo trasmitía un mensaje a la ciudadanía y a quienes comenzarían a ejercer una función gubernamental: había que escuchar a las masas, informarlas y convertirlas en dueñas de su destino, con la participación en las trascendentales tomas de decisiones.
Eso ocurre desde el mismo inicio. Durante la Caravana de la Libertad que recorre Cuba en enero de 1959, en cada lugar, Fidel detenía la marcha para explicarle al pueblo los cambios que sobrevendrían. Con su ejemplo trasmitía un mensaje a la ciudadanía y a quienes comenzarían a ejercer una función gubernamental: había que escuchar a las masas, informarlas y convertirlas en dueñas de su destino, con la participación en las trascendentales tomas de decisiones.
Como continuidad Miguel Diaz-Canel Bermúdez es fiel continuador de ese estilo. Cuando es elegido Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba, en la Sesión Constitutiva de la IX Legislatura, celebrada el 18 de abril de 2018 en el Palacio de Convenciones de La Habana dijo: "Tendremos que ejercer una dirección y
conducción cada vez más colectiva, como siempre en permanente vínculo con la población y facilitando la participación del pueblo en las tareas revolucionarias y en la toma de decisiones a través de procesos
ampliamente democráticos que ya son parte inseparable de la política nacional".
Aseguró: "Consciente estoy de que la tarea que se nos encarga entraña una enorme responsabilidad ante el pueblo, por eso reclamo el apoyo de todos los que ocupan responsabilidades de dirección a los diferentes niveles y en las diversas instituciones de la Revolución, pero más que todo, confío en el apoyo decisivo del pueblo cubano, sin el cual es imposible avanzar con éxito en nuestra sociedad y en medio de amenazas y desafíos que nunca serán pocos para un país empeñado en hacer Revolución".
Por eso, desde que comienza a ejercer el cargo, recorre varias provincias del Archipiélago en un diálogo permanente con obreros, campesinos, estudiantes, adolescentes y hasta niños mirándole a los ojos para conocer, bien pegado al suelo, insatisfacciones, deseos y sueños.
Magnífico método con probado éxito, porque implica conocer qué piensa la población. Para Díaz, como cariñosamente le nombran, conversar con los obreros es muy útil, conoce de primera mano sus insatisfacciones,
sentires e inconformidades, todo con gran honestidad.
Tal estilo le permite generalizar las mejores experiencias. En su visita a Granma intercambió con directivos del sector de la construcción y de ese territorio, comentó las experiencias que había conocido en otros lugares del país, como el amplio uso de los residuales que dejan las producciones del mármol, un elemento que abunda en Granma, porción del país dotado de una sólida industria del mármol.
Califica de correcto los programas de vivienda de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, donde se empieza a hacer las edificaciones después que un área está., así nacen primero las calles, aceras y redes de servicio y después las casas.
En esos recorridos, el mandatario recomienda girar las armas hacia las deficiencias internas y explotar con máxima eficiencia posible todas las reservas productivas.
Subrayó entre las debilidades una planificación empresarial errónea que hace asumir planes demasiado conservadores, que luego generan utilidades excesivas engañosas; un aspecto que pudiera remediarse algo
en el segundo semestre del año, mientras ya se piense en elaborar para el 2019 planes que rayen las potencialidades locales.
Díaz recalcó: “Tenemos que lograr, además, que el plan territorial asuma los intereses del país, pero que no descuide los del desarrollo territorial”.
Gracias a sus saberes, recalcó la urgencia de aplicar los razonamientos macroeconómicos del país al análisis en cada empresa y en esa relación romper algunos mitos como el de preferir importar, porque es más caro producirlo en la industria nacional.
Durante esos intercambios, el Presidente cubano formula muchas preguntas, indaga acerca del cumplimiento de las producciones por las condiciones laborales de los trabajadores, la calidad de los productos, sus inconformidades, saberes, accede a peticiones de abrazarlo, saludarlo, tomarse fotos para en nombre de todos los cubanos y las cubanas cumplir el mandato otorgado al servicio de nuestra bella nación.