Aulas domésticas/Padres docentes

  • Hits: 2304
auladomesticaFoto: Juventud Rebelde
 
Las aulas cerradas, las plazas vacías, los uniformes engavetados hasta nuevo aviso son un escenario contundente. Visibilizar el cuadro es una forma de medir el impacto de lo que nos ha cambiado la vida desde que, a causa del Sars Cov 2, se decretó el cierre temporal de las escuelas y las implicaciones para los niños, adolescentes y jóvenes que son alumnos, y los padres y madres a cargo de su educación se hicieron más notorias.
 
Pero ahora el aula es la sala o el cuarto, o cualquiera que sea la estancia escogida para ver las teleclases, y habrá quien dejó los libros en la escuela sin saber que no volvería en muchos días, entonces le será muy difícil cumplir las orientaciones. Habrá otros que no logren concentrarse pues hermanos intranquilos harán de las suyas mientras el teleprofesor, inmutable explica, recomienda, aclara.

Habrá quien opine que nunca los 45 minutos del turno en el aula le parecieron tan largos como esta media hora de teleclases, y creo adivinar por qué: incluso en el salón más tranquilo, se interactúa, hay estímulos, se compite a veces por saber más o decir antes, alguien le pide la goma o el sacapuntas, o un compañero pregunta una duda que es también la suya y el maestro la solventa de un modo que a través de la pantalla es imposible.

Las alternativas puestas en marcha van evolucionando al mismo tiempo que las circunstancias, CubaEduca, el Repasador Virtual, recursos generados por Cinesoft, aplicaciones como la de Cuadernos Martianos e incluso grupos de Telegram como La Estantería Cubana, donde se comparten los libros de texto de distintas enseñanzas, son herramientas muy útiles por estos días.

Pero a veces los portales digitales disponibles no tienen todo lo que precisa el alumno en esta situación, a veces el papá o mamá desconoce los métodos más adecuados o el contenido. Por eso es necesario organizarse, crear estrategias, que apoyen este proceso, que hasta hoy tiene una fecha de culminación incierta, pero que no puede ser fuente de lagunas en los conocimientos de nuestros hijos.

Para ello, diseña horarios de vida, estos son fundamentales, dan estructura. Hazlo priorizando las teleclases que debes visualizar junto al alumno para ayudarlo a esclarecer cualquier duda y conocer bibliografía, orientaciones y contenidos que reciben, asistirlo al tomar notas, a muchos no les da tiempo a copiar antes de que cambien las pantallas. Mi sugerencia, has fotos al televisor, o si tienes la famosa cajita, graba la tele clase para consultarla luego.

Para estudiar es necesario marcar momento y lugar de la casa específicos con buena iluminación y ventilación y que establezcas una rutina sin interferencias. Recuerda que no pueden ser largos periodos y entre más pequeños más breves deben ser los lapsos dedicados al aprendizaje, o sea como en las aulas, también en casa debe haber receso.

No olvides estimular y reconocer sus avances, supervisar la ejecución y progresos en la esfera académica. Revisar las libretas, ordenar juntos los libros. Si estudia algún instrumento propicio para ellos un espacio adecuado, así como para la preparación física. Es cierto que todas las casas no tienen las mismas condiciones, pero hay que poner en juego el ingenio para evitar anquilosamiento.

A los muchachos que se preparan para el ingreso a la Educación Superior les asalta en estos días la incertidumbre, pero no deben cerrar los libros, ayúdalos a sistematizar sus conocimientos, motívalos. Las pruebas de ingreso son un estresor muy grande y no debes permitir que la angustia por el aislamiento, que afecta en mayor medida a los adolescentes, se sume a esta presión.

No todos tenemos dotes de maestros, nuestros hijos tienen capacidades diversas, nuestros conocimientos no llegan a todas las materias, pero ahora, también desde casa y por nuestros hijos debemos ser padres docentes en el aula doméstica, que habitamos. Habrá que ponerle empeño y afecto.
Liset Prego Díaz
Author: Liset Prego Díaz
MÁS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
Yo vivo de preguntar… porque saber no puede ser lujo. Esta periodista muestra la cotidiana realidad, como la percibe o la siente, trastocada quizá por un vicio de graficar las vivencias como vistas con unos particulares lentes

Escribir un comentario