Respuestas sin pensar

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impulsos

El control de impulsos es fundamental para el mejor comportamiento, de lo contrario sueles actuar impetuosamente, sin reflexionar sobre las consecuencias de tus decisiones, actitudes y comportamientos.

 Si las decisiones sobrepasan tu autocontrol, sin dominar las emociones impera un peligroso trastorno sobre el dominio de los impulsos.

Entonces te transformas, procedes violentamente, explotas por lo más mínimo, ofendes, son incorrectos tus comportamientos en diferentes situaciones y luego apareces como si nada sucedió, sin mostrar en más imperceptible arrepentimiento.

Quienes padecen de autocontrol no son capaces de resistir tentaciones, impulsos o deseos, con las tendencias a cometer acciones demasiado rápidas, irreflexivas e irracionales, con la incapacidad para inhibir esos actos y, cuando una vez inician, son incontrolables, sin meditar en las consecuencias.

Tienen trastornos explosivos intermitentes, con episodios de ataques de ira desproporcionados, sin respecto a cualquier acción, disputas verbales por lo más ínfimo y, como creen no tener culpas, jamás ofrecen perdón, ni se recriminan por haber perdido el control, al contrario exhiben una tendencia a la búsqueda de gratificación inmediata.

La impulsividad es un rasgo de la personalidad caracterizado por la reacción rápida, inesperada y desmedida ante cualquier circunstancia, al sentir una tensión interior creciente que excita a un malestar emocional e impulsa a poner en práctica ciertas conductas dañinas.

Estos trastornos pueden suceder por el abuso del alcohol u otras sustancias depresoras, acumular sentimientos de culpa, estrés, ansiedad, conflictos familiares, interpersonales, laborales, económicos, conductas autolesivas, baja autoestima y hasta problemas con la justicia.

La falta de control de impulsos se asocia, también, con un trastorno psicológico en que la persona no puede resistir el deseo de realizar las cosas que quiere, sin importar las consecuencias.

Siempre sería importante buscar ayuda profesional, porque no es raro que las personas que padecen un trastorno del control de impulsos cumplan con los criterios diagnósticos de otro padecimiento de salud mental.

El autocontrol es una habilidad que se puede desarrollar con el tratamiento adecuado para conocer las causas de la impaciencia, baja tolerancia a la frustración y el manejo de las emociones negativas. A veces depende de uno que el camino sea más sencillo, pero no nos atrevemos a echar a andar.

Reflexionemos con Séneca el Joven, filósofo romano: “La ira es el precipicio del alma, la peor de las pasiones”, Stephen Hawking, divulgador científico británico: “El peor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, es la ilusión del conocimiento.” Graham Greene, uno de los escritores ingleses más importantes del siglo XX, afirma: “Es fácil decepcionarse, sobre todo si somos perfeccionistas…”, Aristóteles, considerado junto a Platón, el padre de la filosofía occidental, confirma: “Somos lo que hacemos de forma repetida. Por tanto, la excelencia no es un acto, sino un hábito.” Clara Campoamor, española, defensora de los derechos de la mujer, subraya: “La libertad se aprende ejerciéndola” y Sigmund Freud, médico neurólogo austriaco de origen judío, remarca: “Que la inspiración debe ser encontrada por cada uno a su manera, de forma proactiva”.

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 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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