El comportamiento y las relaciones sociales
- Por Hilda Pupo Salazar
- Hits: 8980
Algunos lectores se preocupan porque tienen hijos con diferente comportamiento en la casa y fuera de ella. Una dice: “Es distinto entre nosotros y muy diferente en la calle, ¿eso es normal?”
Muchos interrogan: “Las normas de vida, ¿pueden estar trazadas para seguirlas siempre, tanto en soledad como en compañía?”.
Es una incógnita, hoy, de disertación e investigación, porque a veces se actúa en desacuerdo con el “verdadero sentido del yo” que, para algunos analistas de la complejidad de la personalidad, implica adaptar el comportamiento a los escenarios sociales, casi siempre, para beneficio propio.
Realmente, resulta categórico que el ser humano es eminentemente social y, para sobrevivir, precisa identificarse con otras personas para su desarrollo, aprender, comunicarse, impresionar, distraerse… por ello, educarse en saber relacionarse con otras personas y, poder disfrutarlo resulta fundamental.
Hoy, la sociedad está cada vez más interconectada y, a la vez, hay un estilo más individualista, jamás pensado en la época de nuestros padres y abuelos, que incide en comportarnos diferente tanto en la casa como fuera de ella y, que ni siquiera pensemos que es una transformación.
Quienes caracterizan actitudes huidizas pueden conducirse de una forma en sus casas, pero si están involucrados en otros proyectos, que requieren una conducta intensamente social y diferente, son hasta comunicativos y desconocidos para sus familiares, al expresar
adecuadamente sus sentimientos y deseos con mucha habilidad.
El que es más sociable a menudo es propenso a ser más apreciado en cualquier escenario, porque los comunicativos suelen triunfar con menos aversiones.
Es verdad que muchas veces los padres influyen en defender un comportamiento extrovertido desde tempranas edades, con pensamientos y sentimientos de forma honesta, directa y correcta, con respeto a inclinaciones y creencias de otras personas, a la vez que se defienden los propios, pero, en muchos casos, luego disfrutan el desafío que implica actuar distinto de su naturaleza.
Ser uno mismo, en todos los escenarios, es complejo; sin embargo, no todo el mundo siente que fuera de la casa es donde necesita alejarse de su verdadero yo.
Hay quienes hablan suave, respetuosamente, con modales delicados para con sus semejantes, pero suelen transformarse en otros escenarios, o viceversa, siempre al apostar por la versión más segura de sí mismos.
“Puede que comencemos a sufrir el efecto de actuar por mucho tiempo diferente de cómo somos en realidad, o que estamos acostumbrados a comportarnos de manera distinta por el bien del profesionalismo”, defiende Sanna Balsari-Palsule, estudiosa de la personalidad, de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
Artículo relacionado:
Comentarios